Lo que aparece en la foto es la preciosa casa de la actriz Bárbara Streisand.
Hace unos años la editorial Taschen editó un libro de fotografías con
alguna de las viviendas más vistosas de Malibú fotografiadas desde un
helicóptero. El libro no tuvo mucha tirada ni repercusión y en ningún
momento identificó a los dueños de las propiedades pero Barbara
Streisand, que era propietaria de una de ellas, sintió que su intimidad
era vulnerada solo por el hecho de mostrar la casa y decidió demandar a la editorial.
Pronto el asunto se viralizó por las redes sociales, de modo que en
cuestión de horas millones de usuarios supieron la ubicación exacta del
domicilio de la famosa actriz.
A esto se le conoce como el efecto
Barbara Streisand y la moraleja es que el exceso de celo protegiendo la
intimidad suele tener el efecto contrario al deseado; de igual modo que
nosotros mismos somos los que solemos desencadenar todo aquello que más
tememos.
Obremos con naturalidad y no nos obsesionemos, las
reacciones y fobias excesivas nos llevan directos a los problemas que
tratamos de evitar. Sacar el paraguas cuando no toca es la mejor forma
de convocar a las tormentas, y, una vez abiertas, las cajas de los
truenos son difíciles de controlar.
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